03 Nov Día 2
Vuelve a sonar el despertador siempre puntual, a las 8. Como les dije ayer: domingo, miércoles o jueves. La misma hora, e incluso algunos días suena algo antes. Mis amigas me dicen que parece que mis días tienen 8852 horas y no 24.
Hoy, domingo es mi último día de descanso hasta el 23-N. Nunca descanso al 100% porque todos los días me gusta hacerme un test para refrescar algunas cosas o afianzar otras. Ver mis fallos, si sigo equivocándome en lo mismo que hace una semana o un mes y sobre todo, si estoy conforme con la nota que saco.
Me voy a El Escorial con un amigo. Como les conté ayer, vivo en Madrid y me presento a la Comunidad de Madrid en los exámenes. Madrid me ha dado mucho, pero también me ha quitado muchas cosas, entre ellas: mi Atlántico. Supongo que alguna vez habrán oído hablar de que a nada que sales de Madrid, respiras puro. Pues eso es lo que necesitan mi cabeza y mis pulmones hoy.
Mi domingo ha sido despertarme, hacer un test, repasarme tres temas del bloque de normas comunes (que no son muy densos), siguiendo el camino que nos marcó Alejandro en el intensivo y haciendo hincapié en los detalles más importantes. Lo más VIT, como nos enseñó él: Very Important Thing.
Sólo han sido dos horitas. No quiero tocar un libro más hasta mañana. El descanso para mí es fundamental. Ya no el hecho de dormir unas 7-8 horas al día de media (últimamente más 7 que 8), sino el sacar ratos al día que te hacen dejar a un lado los apuntes: entrenar, ir caminando a los sitios para ver toda la gente que no ves cuando estudias, hacer la comida, las tareas de casa, días puntuales de tomarte tiempo para ti, cuidarte, tomar una cerveza con amigos… todo ese tiempo que no estás estudiando que sea tiempo para ti, de calidad.
Yo no tengo un día fijo de descanso. Descanso cuando quiero, pero sólo un día por semana. Y como les digo, nunca intento desligarme de la oposición haciendo algún test o mirándome algún artículo que se me resistió el día anterior y fijándolo mejor. Muchas veces les cuento en Instagram o ustedes me preguntan que si un día es flojo porque estás mal@ o porque simplemente no te has levantado con ganas de coger los apuntes, ¿qué pasa?. Pues no pasa nada, compañer@. Al día siguiente será más productivo y te cundirá mucho más o harás un test que te saldrá mejor que nunca. Lo importante es que nunca desistas.
Así que sin entretenerme más, me voy a disfrutar de la vida en mi último día libre hasta nueva orden. Ojalá los días libres se pasaran tan lentos como la semana cuando hay tanto que estudiar. Que disfrutéis del domingo, compañeros. El objetivo está más cerca y un día más es un día menos